Habitualmente asociamos la palabra hamaca con ocio y descanso, pero lo que os queremos explicar hoy es que la hamaca es también una excelente herramienta terapéutica y lúdica a la vez.

En más de 15 años vendiendo hamacas hemos conocido historias de todo tipo, pues los motivos para comprar una hamaca son de lo más variado: para descansar, para jugar, para leer y relajarse, para dormir a los niños, para las siestas de los domingos, para llevártela de viaje y no dormir en el suelo, para decorar una habitación de la casa y darle un toque especial...

Pero las historias que más tocan nuestro corazoncito son las de los padres de niños con déficit de atención, trastornos de integración sensorial o con afecciones neuro-psicológicas que, por recomendación de su terapeuta, han venido a comprar una hamaca para sus hijos.

El uso de hamacas con fines terapéuticos mejora la coordinación, la concentración y la conciencia del propio cuerpo. En una hamaca el cerebro y el cuerpo trabajan juntos, y eso favorece la integración sensorial.

Al jugar descubrimos y procesamos el mundo

Una hamaca es un territorio de juegos y experiencias, y los niños crecen jugando y experimentando. Por ello, las hamacas para niños han empezado a ser utilizadas en tratamientos ergo terapéuticos en niños con TDAH y en niños con desórdenes de integración sensorial.

¿Quien no se acuerda de las múltiples sensaciones de movimiento, libertad, riesgo y diversión que sentíamos cuando siendo niños nos subíamos a un columpio?

Al columpiarse, los niños experimentan lo que significa mantener el equilibrio y la concentración. Y, sin darse cuenta, mientras se balancean, están combinando toda la información que reciben de la vista, el oído y el tacto y también del equilibrio.

¿Has pensado en ello alguna vez?

Todo el tiempo estamos procesando la información que nos da nuestro cuerpo y el ambiente en el que estamos. Y, acto seguido, transformamos esos estímulos y datos en respuestas motrices y de comportamiento.

Para la mayoría de nosotros conectar todos esos estímulos que recibimos de nuestros sentidos no representa ningún problema, pero para un niño que tiene problemas de integración sensorial procesar y combinar toda esa información sensorial es algo agotador y angustioso.

Hamacas y terapia con niños

El uso de las hamacas con finalidades terapéuticas en los tratamientos ergo terapéuticos en niños con TDAH y en niños con desórdenes de integración sensorial, ha demostrado tener efectos muy positivos a nivel sensorial, físico y cognitivo.

Las hamacas para niños utilizadas con fines terapéuticos desarrollan la conciencia corporal y el sistema Vestibular (equilibrio y el control espacial), ayudan a fortalecer la musculatura y la coordinación, y desarrollan la concentración.

Por ejemplo:

- El balanceo terapéutico que ofrece una hamaca ayuda a fortalecer los músculos de la cabeza y cuello.

- A veces los desórdenes de integración sensorial tienen un efecto en el desarrollo de las habilidades motoras, en la postura y en el equilibrio corporal del niño. El subirse a una hamaca ayuda a que los niños tengan una noción más exacta de sus cuerpos y de su entorno. En una hamaca el niño descubre que su cuerpo, además de estar sentado, acostado y de pie, también puede estar en una cuarta posición

- Las hamacas son ideales para actividades lúdicas de estimulación de la motricidad. El balanceo de una hamaca mejora las condiciones que impiden o dificultan al niño su capacidad para jugar y cuidar de si mismo.

- Las hamacas ayudan a mejorar la capacidad de atención, lo que influye también, por ejemplo, en la mejora de las habilidades lectoras de los niños con problemas de integración sensorial y TDAH.

- Las hamacas ayudan a que el niño asuma retos y a que desarrolle la confianza en si mismo

- En una hamaca el niño con Trastorno de Integración Sensorial se relaja, se siente resguardado, protegido y se tranquiliza. Y eso le ayuda a expandir sus ganas de experimentar y de jugar. El balanceo de la hamaca le ayuda a agudizar la atención y la concentración y mejora el procesamiento de la información que le envía su cuerpo y el entorno.

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